De tanto en tanto me gusta pensaros. A veces sonrío recordándoos, otras me pongo triste.
Los recuerdos os traen de vuelta a mi lado y en soledad, me gusta recibiros, a escondidas.
Os vivo por dentro. Seguís formando parte de mi vida, no sólo a través de esos recuerdos sino en mis gestos e intenciones.
A menudo siento que vuestra ausencia es el motivo de mi vida. Yo me entiendo.
Y os........ echo mucho, mucho, de menos.
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