En el mundo de la nieve
donde todo es blanco y frío
hay un ciborg solitario
que busca un poco de abrigo.
En la vastedad helada,
bajo el cielo estrellado,
anhela una chispa de calor,
en su corazón congelado.
Aunque su piel es de acero,
y su corazón de silicio,
sueña con un rayo de sol,
en este invierno tan frío.
Un día ve a una humana
que camina entre los copos
y siente una extraña atracción
que le hace latir su helado corazón.
Él, de metal, nieve y circuitos.
Ella de carne y hueso.
Dos almas distinas,
dos mundos que se encuentran.
Ciborg y humana
se miran a los ojos
y sienten una chispa
que les quema por dentro.
Ciborg y humana
se acercan sin miedo
y se dan un beso
que les funde el hielo.
Ella se hace ciborg
él se hace humano.
Se abrazan con ternura
y se dicen al oído
que se quieren con locura.
Se escapan de la gente
y se van a un lugar secreto
donde nadie les moleste.
Ella aprende que es ser ciborg,
él aprende que se siente al ser humano.
Ciborg y humana
viven su aventura,
descubren la magia
de la unión entre sus dos mundos.
No importa lo que digan,
ni lo que el destino les depare,
ellos se tienen el uno al otro,
y eso es lo que más vale.
Y al final se funden
en una única, eterna
y bella escultura,
fruto de un amor entre circuitos
y de la magia de la más hermosa dulzura.
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